La fisioterapia pediátrica no quiere decir fisioterapia general aplicada a niños, es decir, los niños tienen unas características específicas, como por ejemplo:
1- Dificultades de aprendizaje en el niño pueden ser definidas como desórdenes del neurodesarrollo corporal.
Niños que sufren de dificultades de aprendizaje, normalmente también presentan problemas de equilibrio, falta de coordinación, pobre propiocepción, alteraciones sensoriales y bajo tono muscular, por lo que vemos que la construcción del sistema nervioso no fue óptima.
El tratamiento dirigido a reprogramar y mejorar las bases sensoriales y motoras del niño tiene efectos inmediatos sobre su funcionamiento en el colegio, además de que puedan desarrollarse de forma necesaria adaptaciones pedagógicas para mejorar su rendimiento.
2- Problemas leves también se han de tratar.
Los problemas graves del neurodesarrollo, como una parálisis cerebral, son fáciles de que sean diagnosticadas y tratadas. En cambio, las alteraciones medias del sistema nervioso central son frecuentemente malinterpretadas tanto por los profesionales como por los padres. A veces se piensa que el niño superará todos sus “retrasos” de manera espontanea, pero esto no sólo no es cierto, sino que en ciertos casos acumula aún más retraso. También se suele atribuir el problema a aspectos de identidad personal: “Él es así, un poco torpe”. Pero lamentablemente se sabe que la inmadurez del desarrollo en los bebés da una probabilidad muy alta de tener dificultades de atención, de aprendizaje y de comportamiento en los niños algo más mayores.
3- No todos los ejercicios de estimulación para el desarrollo neurológico del niño y del bebé son relevantes.
El fisioterapeuta siempre incluye a la familia con protocolos de estimulación en casa, además de las sesiones de fisioterapia más especializadas, donde hay aspectos que son realmente complejos de encomendar. Es la estimulación diaria la que sacará al niño adelante.
No se puede mandar cualquier ejercicio. No porque un ejercicio sea sano es relevante para el sistema nervioso en una etapa determinada. Por ejemplo, nadar es un ejercicio físico excelente, pero probablemente sea ineficaz para construir cimientos en un niño que tiene problemas para bajar las escaleras o que no puede ir en bici sin ruedines. De la misma forma, los ejercicios con manos de motricidad fina posiblemente no asienten resultados si el cuello está encogido o bloqueado.
Cada cosa tiene su momento y algunas alteraciones del desarrollo tienen un origen múltiple o no evidente. Es responsabilidad el fisioterapeuta pediátrico conocer estos aspectos.